miércoles, 19 de julio de 2017

CUARTA PARTE: "BLOWER" HEBRIDES

CUARTA PARTE: "BLOWER" HEBRIDES
ETAPA 9: STORNOWAY - INMEDIACIONES DE NORTHTON

http://www.ibpindex.com/ibpindex/ibp_analisis_completo.php?REF=36507864667709&LAN=es
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=10958844

El día de descanso en Ullapool se nos pasó en un periquete, la verdad. Aprovechar para dormir todo lo que te dejan en un hostel, comprar las últimas provisiones en el 'Tesco' del pueblo y cervecear un poco, se llavaron la mañana y el mediodía. Luego, a mitad de tarde, tuvimos que embarcar para Stornoway. Ullapool, la urbe más importante desde Torridon, tampoco es para volverse loco. Con sus 1500 habitantes, ofrece un puerto majo, ambiente marinero, fish and chips y poco más.

Stornoway, ya en la isla de Harris, es ya otra cosa. Con sus 9000 habitantes, me pareció la localidad de más entidad desde Fort William. Ciertamente, fue un alivio que el minúsculo hostel donde nos alojamos estuviera cerquita del puerto donde desembarcamos ya al anochecer.

Pero vayamos a la etapa: gracias a las indicaciones de un solitario cicloturista compañero del hostel, conseguimos encontrar la ruta de manera sorprendentemente fácil. Tanto fue así, que cuando quise enchufar el GPS, nos encontrábamos ya en la A858 dirección Achmore. En el km. 17,5 de nuestra ruta, dejamos dicha carretera para coger un carril a nuestra derecha, un auténtico single track, como dicen por allí, de apenas dos metros de ancho, pero con un asfalto impecable. Por en medio de la turba -y nada más- llegamos hasta Breasclete. Y, desde allí, en un par de kilómetros más, alcanzamos ya el conjunto megalítico de Callanish. Al parecer, el debate sobre si este conjunto de menhires era utilizado en tiempos prehistóricos como observatorio astronómico -al estilo de Stonehenge-, está todavía abierto. Sin embargo, en lo que no hay duda, es que eligieron el sitio con más -y más feroces- midges, jajaj.


Callanish haciendo en gili


Callanish haciéndome el interesante


De vuelta a las bicis, el tramo hasta Achmore nos pareció con algo menos de viento, aunque seguía siendo siempre desfavorable. Lo cierto es que, aunque la teoría decía que el viento vendría de componente S, nosotros llevábamos toda la jornada teniendo la impresión de que, en mayor o menor medida, siempre nos soplabla en contra. En Achmore dejamos la A858 para coger un carril dirección Leurbost. Un poco antes de llegar a esta localidad, tomamos la A859 en dirección S con, de nuevo, un viento intensísimo. Al viento en contra y nuestras ya escasas fuerzas, se sumaba en estas islas la imposibilidad de rodar cómodamente a relevos y repartir así los esfuerzos. Esto es debido a que las carreteras apenas tienen el ancho para un coche. Para que sean mínimamente transitables, cada doscientos, trescientos o cuatrocientos metros, habilitan un apartadero ("passing place"). Pero, como ya comentamos en otra ocasión, quitaos de la cabeza la idea de que encontraréis a gentlemen británicos al volante, esperando pacientemente a que lleguéis a la altura del apartadero para sobrepasaros. Los hay, sin duda. Pero también son muchos los que, sin esperarse, pasan a dos palmos, pitan, o acercan tanto el vehículo que puedes notar el calor del radiador en el culote. Al final, en las zonas de más tránsito, uno acaba rodando de manera un tanto estrafalaria: esprintando entre passing place y passing place y dejándose llevar o frenando en ellos.

Por todo lo que comento, los kilómetros caían mucho más lentamente que en otras jornadas. En el kilómetro 48,8 tuvimos que hacer una parada para un almuerzo, puesto que, a pesar de que habíamos desayunado a conciencia, teníamos la impresión de estar vacíos. Apenas 18 km. más adelante, procedíamos con la comida. Las provisiones empezaban a escasear, pero lo cierto es que acertamos de pleno, porque, sólo 3 kilómetros más allá, en Aird a'Mhulaidh, la Isla de North Harris nos tenía preparada una última sorpresa: un puerto de apenas 2,6 km. pero con un desnivel rozando el 7 %. Posteriormente, un mínimo descenso para, a continuación, superar otros 4 kilómetros de falso llano ascendente hasta superar un collado donde el viento era ya huracán. Descenso rapidísimo hasta la gasolinera de Ardhasaig, donde también cayeron sendos cafés y alguna bolsa de frutos secos. La señora que atendía el negocio tuvo que vernos bastante jodidos, porque, sin decirle nosotros nada, nos indicó que si queríamos comer en serio, teníamos un pub a 4 km, en Tarbet.


Banquito con vistas espectaculares, junto a la gasolinera donde paramos a avituallarnos


Lo del pub de Tarbet fue una suerte, porque, debo indicaros, que lo de Stornoway fue un espejismo. Con una densidad media de 12,7 hab/km2 (para que os hagáis una idea, Castilla la Mancha tiene una densidad del 25,9), las Islas Hébridas Exteriores son incluso más vírgenes que la costa oeste pero, consecuentemente, tienen menos servicios. Desde que, todavía temprano en la mañana, hubiéramos visitado Callanish, teníamos la sensación de no haber divisado un bar/pub.

Tarbet -si alejáis el google maps lo suficente, lo podréis comprobar- es exactamente el istmo que une South Harris con North Harris (no me preguntéis qué es North Harris y qué es Lewis, porque no fuimos capaz de saberlo). Tras Tarbet, la carretera vuelve a empinarse para, entre los kilómetros 91 y 95 de nuestra ruta, "crestear" y ofrecernos así estampas increíbles: al oeste, playas hermosísimas; al este, acantilados acojonantes. Posteriormente, la carretera elige, finalmente, la vertiente oeste de la isla para transitar por dichas playas de arena blanquísima. En una de ellas, en las inmediaciones de Northton, y tras 112 km. en las piernas, decidimos plantar la tienda en el lugar más hermoso donde dormidos en toda la ruta.


Si las playas de la costa oeste eran bonitas, las de South Harris son, sencillamente, una locura

Panorámica

-Oye, pues aquí mismo plantamos la tienda, ¿no?

Apurando las últimas provisiones (sándwich de atún). ("Voy a volver con un tipín...")




ETAPA 10. INMEDIACIONES DE NORTHTON - LOCHBOISDALE

http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=10958849
http://www.ibpindex.com/ibpindex/ibp_analisis_completo.php?REF=36507865946682&LAN=es

En nuestra última etapa -otra por encima de los 100 km.- transitamos las islas de North Uist, Benbecula y South Uist. Tampoco se nos olvidarán, jajaj. Una de las cosas que me encantan de la bici es lo que uno aprende de geografía. A diferencia de los viajes en vehículos a motor, en los viajes en bicicleta, la geografía queda grabada a fuego en el cerebro. Los valles, los cerros, los montes o, como es el caso, las islas ventosas, nos ponen en la disposición de a agarrar con más fuerza el manillar, subir otra corona, apretar los dientes un poco más, meter riñones o ponernos en pie sobre la burra,... Es entonces, en ese momento, ese accidente geográfico ya no lo recibes -como cuando vas con el coche- a modo de inventario, sino que forma parte tu experiencia de viaje; algo que difícilmente olvidarás.

Y después de este "momento Carlos Arribas" (jajaj), vayamos a la etapa. Lo primero, indicaros que a los casi 123 km. que indica el GPS debéis quitarle 13. Esto es debido a que el GPS no sabe discriminar el tramo neutralizado que hicimos en ferry desde Leverburgh al islote de Berneray.

Como os contaba un poco más arriba, el día anterior decidimos plantar nuestras tiendas en un paraje bellísimo, en una playa en las inmediaciones de Northton. El sitio era demasiado bonito como para dejarlo pasar sólo por estar más cerca del ferry que nos trasladaría al otro bloque de islas. La decisión, que fue todo un acierto, nos obligó, sin embargo, a levantarnos a las 7 de la mañana, desayunar algo ligero y recoger rápido las pertenencias para cubrir los 7,5 km. que nos separaban hasta el ferry de Leverburgh. Con los víveres ya escaseando, la cena tampoco había sido ningún banquete; de modo que comenzamos la etapa con sensación de tener poca gasolina, en un día frío y con el cielo encapotado.

Leverburgh, como no podía ser de otra manera, eran cuatro casas junto al puerto, así que nuestra ilusión de completar el desayuno de manera decente mientras esperábamos el ferry, se vio un poco diluída, como el café que nos tomamos en un food track, acompañando a un bocatín guarrote de salchichas.

La llegada a North Uist (aunque, técnicamente, el ferry llega hasta el islote de Berneray, que está unida a North Uist por un puente de unos 400 metros muy cercano al puerto) fue premonitoria de la etapa que nos esperaba y que no tuvo nada de paseo: en cuanto cruzamos el puente entre Berneray y North Uist, una ráfaga de viento en contra, cargada de agua, nos duchó por completo en apenas tres minutos. Esa fue la bienvenida. Poco después, en el km. 28,9 de nuestra ruta del GPS (en el 15,9 real [en adelante, haré siempre referencia al kilométraje del GPS, porque así lo encontraréis en los mapas de Wikiloc e IBPindex]) decidimos coger la A865 a la izquierda, para rodar así por la parte noroeste de la isla, donde, en teoría, se puede ver fauna salvaje. Nosotros, sin embargo, no vimos nada reseñable, a excepción de unas cabras. Bien al contrario, la sensación de soledad era ya abrumadora, una vez hubimos dado cuenta de nuestras últimas barritas energéticas a la altura de un páramo denominado -con buen criterio- Sollas.


En algún lugar entre Malacleit y Sollas, pero, vamos, que "Sollos" nos sentíamos nosotros


La isla de North Uist nos pareció que tenía muchas similitudes con Lewis: muy plana, ventosa; compuesta de turba y poco más. Perfectas para haber rodado en cualquiera de ellas aquella legendaria escena de Trainspotting sobre el orgullo de ser escocés. O quizás, simplemente, era que empezábamos a estar un poco hasta los coj... de todo aquello, jajaj.

Finalmente, en medio de la carretera y rodeado sólo de turba, en el km. 50 de nuestra ruta, apareció nuestro particular oasis en forma de economato/ultramarinos, donde al fin pudimos comer algo en condiciones. En esos momentos rodábamos ya en clara dirección S, pero, del mismo modo que nos había ocurrido en la jornada anterior, la sensación de viento en contra nos llevaba acompañando todo el día, independientemente del sentido de nuestra marcha.

Con algo más de gasolina y ánimo, aunque también con los mismos lastres (viento en contra y single track con passing places) continuamos hacia la siguiente isla, Benbecula. Por suerte, Benbecula cuenta con un aeropuerto que la conecta con otras islas (así como con Glasgow e Inverness), y esto la dota de cierta oferta de restauración: dos café/bares, para ser exactos, jajaj. A sólo dos millas del café, otra tormenta, mucho más intensa que la de la mañana, nos caló hasta los huesos.

Por todo lo expuesto, la estancia en el café fue prolongada. La verdad es que el sitio era muy agradable (sobre todo si llegas empapado y hambriento), servían comida rica a buen precio y nos dejaron cargar nuestros casi agotados móviles. Esperamos, pues, con tranquilidad a que escampara y se secaran un poco nuestras prendas.


Loch Druidibeag, muy cerquita ya de Lochboisdale


Para cuando salimos del café, et voilá: el cielo volvía a ser azul y el viento había amainado de manera notable. Por fin, las "blower" Hebrides parecían dejar de torturarnos en nuestros últimos kilómetros. Elegimos desandar el camino hasta el desvío al aeropuerto, en el km. 86,6, donde volvimos a tomar la A865 en dirección S. Unos pocos kilómetros más allá, en el 94, y coincidiendo con la llegada a South Uist, la carretera se ensanchó y se hizo de doble dirección, permitiéndonos rodar ya muy tranquilos y deleitarnos en los últimos kilómetros hasta Lochboisdale. Si decidís pernoctar en Lochboisdale, tenéis la opción de un hotelito junto a la terminal de ferrys, o la opción low cost: una plazoleta con césped situada detrás de unos aseos públicos bastante cuidados. Nosotros plantamos ahí nuestras tiendas después de un merecido homenaje a base de fish and chips, pintas de cerveza y compadreo con los lugareños en el bar del hotel, poniendo así el broche final a nuestra aventura.


Loichboisdale. Fin de ruta


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Nuestro regreso a Edimburgo nos llevó prácticamente un día más. Tened en cuenta que el ferry a Oban tarda unas tres horas y pico, y el tren de Oban a Edimburgo, cuatro horas. Es un viaje chulo, sobre todo cuando el ferry se adentra en el estrecho de Mull (el brazo de mar que separa la Isla de Mull del resto de Escocia) hasta Oban, en el caso del ferry; y también cuando el tren se adentra en el Parque Nacional de Loch Lomond and The Trossachs.

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Bueno, como decía al inicio, espero que hayáis disfrutado de las batallitas de abuelo cebolleta y que os haya servido de inspiración y motivación a los que tengáis ganas de rodar por estas tierras. No dudéis en hacernos cualquier consulta y ¡a disfrutar de la bici!





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